Huevos

Tenemos 420 gallinas repartidas en 3 chabolas móviles de 140 gallinas cada una. Cada chabola mide 8 x 3 metros.

 

Enganchamos las chabolas al tractor y las movemos de sitio para conseguir buenos prados para las gallinas, y éstas a su vez, abonan la tierra (de vez en cuando también metemos las chabolas en la huerta). Además de esta manera les ofrecemos a las gallinas un entorno más limpio en cuanto a parásitos y enfermedades.

Compramos las pollas ecológicas en la granja Grapisa de Aragón, y llegan a nuestro caserío con 4 meses de edad. Las primeras 3 semanas aproximadamente están sin salir de la chabola para adaptarse al nuevo sitio, después les enseñamos a salir poco a poco afuera durante el par de semanas siguientes y a partir de ahí cada día les abrimos la puerta a las 12:00 del mediodía para que puedan salir ellas mismas.

 

Las pollitas tardan unas 3 semanas en empezar a poner huevos desde que llegan a nuestro caserío y en otras 3-4 semanas alcanzan un buen nivel de producción. A partir de ahí normalmente tienen una producción mayor del 80%.

 

Sacrificamos a las gallinas cuando llevan con nosotras entre 12 y 15 meses, algunas las consumimos en casa y otras se las lleva el camión que se encarga de recoger animales muertos.

Recogemos los huevos cada día y los llevamos a la sala de preparación de huevos.

 

En esta sala revisamos, limpiamos, sellamos y envasamos los huevos en sus cajas, les ponemos la fecha de caducidad y los almacenamos hasta su reparto.

 

Las gallinas comen pienso ecológico (de la empresa Diva de Tolosa), hierba e insectos.

 

Para hacer frente a los parásitos internos que suelen tener las gallinas utilizamos vinagre, y para los externos, Solupioj (producido por la finca Casarejo de Aragón).

 

Usamos vallas eléctricas de quita y pon para que las gallinas no se escapen y además evitar los ataques de depredadores.

 

El tema de los depredadores es complicado, los que atacan por tierra (zorros, mustélidos, …) se controlan normalmente con la valla eléctrica, aunque a veces ocurra algún que otro ataque.

 

El mayor problema lo ocasionan las aves depredadoras. Hemos hecho diferentes pruebas para evitar estos ataques, pero no hemos obtenido buenos resultados. Suelen darse por épocas: puede que en varios meses no haya ningún ataque y que luego en otra época maten dos o tres gallinas por semana.

 

Este tema se nos hace aún más difícil con los pollos, recibían más ataques y cuando eran pequeños los depredadores se los llevaban sin nosotros ni siquiera darnos cuenta.

 

Se nos juntan pérdidas, quebraderos de cabeza, contradicciones e incapacidades, que aún siguen sin resolver en torno a este tema.